Diferencias entre balneario, talasoterapia y SPA: cuestión de agua

Abierto el plazo de solicitudes de estancias termales en el Balneario de Ledesma

El Montepío ofrece en sus cuatro residenciales servicios de hidroterapia y salud por agua en sus tres variables, como un elemento esencial de la vida.

Cuando hablamos de hidroterapia, es decir, de la utilización del agua como agente terapéutico, en cualquier forma, estado o temperatura, suele ser habitual cierta confusión sobre los términos balneario, talasoterapia o SPA. Y en demasiadas ocasiones el marketing o la publicidad en un segmento creciente y con una fuerte competencia, como es el de turismo de salud y bienestar, no ayudan. En este artículo vamos a tratar de despejar las dudas. Comenzamos:

Muchas veces generalizamos con los conceptos SPA, Balneario, Talasoterapia sin saber muy bien las diferencias principales de cada tipo de servicio. De hecho en el Grupo Montepío contamos con las tres opciones en nuestra oferta, pues al histórico Balneario de Ledesma, con siglos de actividad, se le unió a principios de los años 90 el Residencial de Los Alcázares, al pie del Mar Menor con su fuerte tradición talasoterápica por las propiedades de sus aguas hipersalinas y el uso popular de sus barros y lodos que se remonta ya a tiempos de los árabes, además del Residencial de Roquetas; y más recientemente, la llegada de la Residencia SPA de Felechosa, con su centro hidroterapéutico irrigado por el agua de las Fuentes de Invierno del Alto Aller y sobre todo (hasta antes de la pandemia) con sus programa de rehabilitación y Halliwick, con un enfoque integral de la Terapia Acuática.

Seguramente más de una vez se ha preguntado o le han preguntado si es lo mismo un balneario o uno de esos complejos hoteleros o residenciales con SPA, o una estación termal. Pero la respuesta es sencilla, está en el tipo de agua. Y es que es ahí, en el orígen del agua que alimente las piscinas, circuitos o apartados de los distintos complejos, con independencia de las estrellas turísticas, donde encontraréis el valor añadido de la oferta hidroterapéutica que valoréis.

El Balneario.

Un Balneario o Estación Termal es un lugar que posee Aguas Minero-medicinales que surgen de las entrañas de la Tierra. Son ricas en minerales s y gracias a sus propiedades y su composición química, física y físico-química, tienen propiedades terapéuticas. La utilidad terapéutica de un agua está avalada por el Estado mediante su declaración de Utilidad Pública y su declaración de agua minero-medicinal. Por ejemplo, el manantial del Balneario de Ledesma, explotado con fines higiénico salubres desde la romanización de Hispania -se sospecha que incluso que antes, siguiendo tradiciones vettonas-, fue declarado en 1886 “Bien de Interés Minero Medicinal del Reyno de España”. Las propiedades de sus aguas fueron estudiadas por sabios como Diego Torres de Villarroel, que llegó a publicar un libro propio sobre los tratamientos y usos del agua de los Baños de Ledesma. El agua termal proviene del interior de la tierra, lo que le aporta un alto contenido mineral y un incremento de la temperatura. Es por ello que, esta agua tiene unas características físicas y químicas especiales: por su temperatura es hipertermal brota a 46,4ºC, por su composición es sulfurada, bicarbonatada y clorurado sódica. El primer apunte que es necesario hacer es que el agua termal proviene del interior de la tierra… nunca llega a mezclarse con el agua de la Cuenca del Tormes. Es puro y llega a los Baños a través de una surgencia natural, bajo las piscinas, después de realizar un misterioso viaje de muchos kilómetros, por canalizaciones subterráneas ocultas en las fallas. El agua se va filtrando años y años en lo más profundo, absorbiendo de manera caprichosa los minerales que le confiere el terreno. Hay quien dice que las aguas del Baño de hoy, son las lluvias de hace varias décadas. Ese viaje del agua por la tierra le aporta un alto contenido mineral y unas características físicas y químicas especiales: sulfurada, bicarbonatada y clorurado sódica. Además, cuenta con otra característica, su temperatura en origen es hipertermal, una de las más altas en los balnearios europeos. Es atemperada antes del Baño para que pueda ser disfrutada con el máximo relax en los tratamientos.

Debido al alto contenido en sulfuro y a su temperatura, estas aguas están indicadas en el tratamiento y prevención de diversas enfermedades entre las que cabe destacar:

  • Afecciones respiratorias: de vías altas (faringitis, amigdalitis, sinusitis…) y de vías bajas (EPOC, asma, neumoconiosis…)
  • Afecciones reumáticas: reumatismos degenerativos (artrosis), reumatismos inflamatorios (artritis, espondilitis), reumatismos periarticulares (tendinitis, neuralgias…)
  • Secuelas postraumáticas y quirúrgicas de fracturas, esguinces, luxaciones…
  • Afecciones neurológicas: polineuritis, poliradiculitis, secuelas de hemiplejias.
  • Afecciones dermatológicas: eczema, psoriasis.

SPA.

Un Spa, cuya palabra dicen se origina de las siglas romanas «Salute Per l´Acqua», de hecho da nombre a una ciudad belga famosa en tiempos del Imperio Romano por sus baños termales, consagrada más tarde por el turismo de la Aristocracia europea de los siglos XVIII y XIX-  es un centro que dispone de instalaciones de hidroterapia sin que sea necesario que su agua tenga una característica especial, y de hecho se usa agua proveniente de manantiales naturales para consumo o de la red general de abastecimiento, con o sin aditivos, con fines de bienestar y belleza. Generalmente es calentada artificialmente. Una de las razones por las que el término «spa» se ha extendido es que un balneario es necesariamente un establecimiento sociosanitario, con su catalogación, certificación y control por parte de las autoridades sanitarias -el Balneario de Ledesma cuenta con un equipo médico que supervisa los Baños y tratamientos adaptados a cada agüista- y que reúne ciertas condiciones legales, lo que impide usar esa palabra -balneario- en otros tipos de centros.

Otras palabras como «baños», «termas» y «caldas» pueden servir como sustitutas, aunque no siempre se ajustan a la naturaleza de los establecimientos conocidos como «spa», más propias de un turismo de bienestar, incluso de ocio -todo propicia salud, lógicamente-, más que a un turismo de salud y tratamiento específico.

Talasoterapia.

Los centros de talasoterapia están igualmente enfocados a los tratamientos de salud. Sin embargo, en este caso el agua que utilizan es el proviene del mar. Se recicla para que sus propiedades permanezcan, por eso estos centros se pueden encontrar únicamente cerca de la costa. También se sirven de otros elementos del mar como algas y lodos.

Es el caso del Residencial de Los Alcázares, y en menor medida también el de Roquetas, aunque en el caso de establecimiento del Montepío en Murcia, bebiendo de una larga tradición talasoterápica entorno al Mar Menor, mucho anterior al desarrollo del turismo de sol que vendría más tarde, con La Manga, etc. Otro rollo diferente al original, que arrancó en tiempos de ocupación árabe, cuando este pueblo era un bastión denominado Al Kassar.

Análisis realizados por la Universidad de Murcia revelan que las aguas del Mar Menor contienen un alto porcentaje de cationes, calcio, magnesio, potasio y flúor, así como aniones, cloruro y sulfato, muy superiores a los esperables, incluso, en aguas con este nivel de salinidad. Además, la granulometría medida en esta zona incluye una elevada presencia de arenas finas y muy finas (limos y arcillas), que son los verdaderos artífices de las propiedades curativas atribuidas a estos lodos murcianos. El PH es básico y oscila entre los valores de 7,12 y 8,45.

La tradición en el Mar Menor señala que los baños o untamientos con lodos están muy recomendados para gente que tenga artritis, artrosis y reumatismos inflamaciones de los huesos y articulaciones, roturas de huesos para su rehabilitación y regeneración. De ello saben mucho los mineros asturianos que desde comienzos de los años 90 tienen gracias al Grupo Montepío este destino como un referente para sus vacaciones y para su salud, un complemento cuyo espíritu se alimenta del tradicional descanso en el Balneario de Ledesma. Los cuidados y el contraste climatológico son claves para que esta fórmula funcione. Hay incluso quien afirma sin titubeos que después de esas vacaciones disminuyen los catarros en el invierno. El clima murciano favorece en lo que en tierras del Norte se conoce como “el secado” de los pulmones. El combinar los lodos con baños salados, en aguas con tal concentración de sales minerales y yodo aportan si ninguna duda propiedades minero-medicinales y curativas; sumado todo ello al calor de alguna de las zonas en las lagunas, beneficia sin ninguna duda a los huesos y las articulaciones.

El Mar Menor es una laguna hipersalina. Las características de sus aguas están condicionadas por la insolación, los vientos y, sobre todo, la comunicación con el Mediterráneo a través de las encañizadas. Las concentraciones iónicas medidas, para algunos elementos, como magnesio, calcio, sodio, bromo, iodo y flúor, son muy superiores a las del Mar mayor, el Mediterráneo. Está demostrado que los tratamientos termales con este tipo de aguas salinas producen un efecto osmótico en los tejidos intersticiales del cuerpo humano y una consiguiente activación del todo el sistema sanguíneo. Como resultado, se produce una eliminación de partículas tóxicas y una relajación muscular muy indicadas para casos de artritis, reúmas, tendinitis, estados nerviosos y todo tipo de patologías relacionadas con las articulaciones.

Para aplicar los lodos, primero debemos coger y seleccionarlos, buscar para ello una zona ideal para la laguna (existen muchas próximas al Complejo vacacional del Montepío, próximo a las playas de Los Narejos). Después, darse los lodos por todo el cuerpo, y dejarlos secar entre 40 y 60 minutos. Finalmente, quitarse los lodos bañándose en el propio Mar, entre 30 y 60 minutos.

Algunas de las propiedades de estos barros y lodos es que mejoran la piel, eliminan toxinas e hidratan la dermis. Además con su aplicación realizamos una técnica depurativa que ayuda a regular el organismo,  neutraliza el PH de la piel y estimula la cicatrización de heridas. Estas son algunas de las claves científicas y sociales que avalan esta tradición a la que muchos asturianos ya se han apuntado.

Conclusiones.

En resumen, todos tienen en común que basan sus tratamientos en el uso de la Hidroterapia, es decir, utilizan el agua en sus distintas formas con fines terapéuticos. Sus diferencias, en cambio, surgen del tipo de agua utilizada (la más importante). También, de sus instalaciones, procedimientos utilizados y fines perseguido.

Cuando se realiza un baño con agua de mar (centro de talasoterapia) o agua mineromedicinal (balnearios) además de recibir los efectos beneficiosos mecánicos y térmicos se está produciendo un efecto químico. Este efecto es la absorción de los componentes minerales de dichas aguas. En terapias de varios días, recordad la vieja tradición “de la novena de Baños”, es decir, de los al menos 9 días de tratamiento y descanso hidroterapéutico, estos efectos se notan en la piel y en el cuerpo. Desde la base un simple descanso y del valor depurativo del agua, los tres tipos de centro aportarán salud, pero lógicamente aquellas aguas con  propiedades minero-medicinales específicas y una administración y seguimiento controlado por parte de profesionales sociosanitarios brindará siempre un nivel superior; por tanto nada tiene que ver con el número de estrellas turísticas o con las marcas de las griferías que disparan los chorros y ni muchos menos con otras cuestiones estéticas, seguro que valorables por los clientes pero no objetivables desde un apartado de agua y salud.