El vale de carbón y l@s carboner@s, un poco de historia de una conquista emblemática para la familia minera

En el calendario Montepío de 2021, cuyo proyecto cultural estuvo dedicado a #LosGuardianesDeLaFamiliaMinera dedicamos una de las láminas, la del mes de septiembre, a una imagen entrañable y emblemática para la familia minera: la de los carboneros y el reparto del vale de carbón. Lo hicimos con una foto cedida por el Archivo Histórico Minero del fotoperiodista, trantas veces colaborador con nuestra entidad, Eduardo Urdangaray: “Un carbonero descarga los sacos del vale de carbón en un domicilio de Sama de Langreo en el otoño de 1988”, nos dice. La foto, cotidiana entonces, es cada vez más extraña en las Cuencas, señal de que hubo un tiempo que se nos ha ido. La imagen del carbonero tiznado, sudoroso, con su carro o carreta, «cargando sacos al llombu» parece quedar muy atrás, pero, sien embargo, cuenta mucho sobre las primeras conquistas importantes de los mineros, la vida de las familias en las casas y barrios, la gestión del hogar, las tradiciones del acopio del mineral, las Cuencas mineras…¿Qué importante fue el carbón para mantener la energía de las casas, el calor, la luz, el aire caliente, la cocina..?
Ahora, que llega el frío del invierno, es imposible no poner en valor a que el calor que tanto ayudada a nuestras familias. Y ese vale, vital para el sustente, fue una conquista social: El derecho al cobro del vale fue arrancado en 1932, fecha en la que fue autorizado por la Caja de Jubilaciones, tras reiteradas peticiones del Sindicato Obreros de los Mineros de Asturias-SOMA liderado por Manuel Llaneza.
 
📸 La imagen principal de esta portada, otrora habitual, ha dejado de serlo. Y eso que cerca de 3.000 personas en Asturias aún siguen cobrando (sino en especie, es decir en el propio mineral -sobre todo en zona rural-, si en su valor) la tradicional “papeleta”, uno de esos viejos derechos de la familia minera, un pago en especie cuyo valor en términos energético quizás nunca sea entendido en toda su magnitud por las jóvenes generaciones presentes, por las venideras. A muchos les costará creer la importancia para sus antepasados o mayores de sus familias de ir a cargar los sacos de carbón a los que tenían derecho por ser productores a los lavaderos o depósitos. De la importancia capital para cocinar o para calentar sus hogares durante el otoño, durante el largo invierno, hasta la primavera. La reconversión y la rápida descarbonización quizás haga olvidar a muchos la imagen habitual de los carboneros y carboneres repartiendo los sacos y cestos. Por poner un ejemplo, en Mieres, a comienzos de los 70, los pisos obreros que se vendían entonces en pleno centro urbano, aún contaban con zona de carboneras. Las familias bajan con su caldero y su paleta, subían, y encendían la calefacción cuando comenzaba a apretar el frío. La caldera para algunos era mixta, y en invierno esta calentaba el agua con el carbón, otro ahorro. Y en la chapa se cocinaba, otro ahorro más (en este caso de butano).
 
🚩El vale del carbón se estableció hace casi un siglo, en 1932, año en el que el Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias, SOMA logró arrancar ese beneficio para las familias mineras en el primero de los Gobiernos de la II República, junto con la semana de vacaciones o la Caja de Jubilaciones y Subsidios de la Minería: La papeleta eran seis sacos, o lo que es lo mismo, 300 kilos de mineral. Esas medidas después sufrirían alguna variación, algunas veces al alza, según la categoría profesional del minero, la empresa para la que trabajaba, etc… y en tiempos más modernos se dio la posibilidad de cobrar el vale en metálico de forma mensual, cotizando el estándar a algo más de 31 euros -aunque su valor en el mercado libre, puede subir de los 70 euros-, los que llevaban algún saco más, un poco más. A partir de los 90 hubo muchas familias mineras -sobre todo cuando llegó el gas ciudad a las Cuencas- que llegó a vender el vale a Hunosa, es decir, a renunciar al derecho a cambio de una compensación económica. Unos 40.000 habían renunciado a este derecho en el año 2000.
Medida para cargar el vale.
 
Hace apenas un año a empresa pública Hunosa licitó un contrato por un valor estimado de 4,1 millones de euros para el suministro durante dos años de carbón de uso doméstico tipo granza-hulla. El importe máximo del contrato es de 1,6 millones por año. En enero del año 2000, según Hunosa, unos 40.000 beneficiarios optaron por vender dicho vale renunciando a él. Después de un tiempo, se volvió a hacer la oferta de venta y se acogieron a ella más beneficiarios.
🚩Otros datos a tener en cuenta sobre el vale de carbón y una curiosidad, un cuadro de Van Gogh🚩
⚒En su momento fueron considerado a efectos de tributación para Hacienda, como «salario en especie», siendo necesario declararlo en la declaración anual.
 
⚒En 1967 Hunosa asumió las cargas que conllevaba del resto de empresas mineras absorbidas, incluido en vale de carbón no solo para los productores y pensionistas, también para viudas y huérfanos, con este derecho y la obligación de mes a mes, entregar a cada uno su «vale de carbón».
 
⚒Este hecho se llevó también a los procedentes de las ultimas empresas incorporadas, como Minas de Figaredo, Minas de Lieres-Solva y La Camocha.
Hunosa calculaba que la producción de uno de los pozos importantes de la empresa debía emplearse mensualmente para atender al despacho de los vales de carbón, por lo que significaba también puestos de trabajo para las Cuencas.
 
⚒Aunque es cierto que el vale de carbón fue una reivindicación constante de los mineros asturianos desde 1923, especialmente en el periodo dictatorial del General Primo de Rivera, donde los trabajadores si obtienen algunas conquistas importantes (jornada laboral, dinero para obras públicas de mejoras de infraestructuras básicas en las Cuencas o para la construcción del Orfanato Minero), el vale de carbón no fue aprobado en España hasta la democracia republicana en 1932.
 
📸últimas láminas
🎨En 1879, Van Gogh marchó al Borinage, una región minera de Bélgica donde los trabajadores vivían en condiciones miserables. Desde su humanitarismo cristiano, Vincent había decidido compartir plenamente su vida con los mineros, viviendo en una barraca, durmiendo en el suelo y ayunando, e incluso bajaba a predicar a la mina. Hizo numerosos dibujos de trabajadores. En 1882 plasmó de sus apuntes mineros una acuarela, 32 x 50 cm Otterlo, que puede verse en el Króller-Müller Museum
 
Las mujeres, encorvadas, vestidas de negro riguroso caminan apesadumbradas portando pesados sacos de hollín. No puede distinguirse ninguno de los rostros de estas mujeres castigadas por la dureza de una existencia en el límite de lo humano. El cielo está levemente oscurecido y unos cuervos sobrevuelan el camino por el que estas mujeres deambulan con gran pesar e infinita tristeza.
 
Sin duda, esta obra muestra la intensidad del que ha asistido personalmente a estas escenas. En las Cuencas mineras asturianas también vimos esas imágenes. Hace unos años dedicamos una de las láminas del Calendario Montepío a “les carboneres del pozu San Antonio de Aller”. Y desde 1918 el parque Dorado de Sama cuenta con una escultura dedicada a La carbonera, que aunque inicialmente fue erigida en honor al empresario Luis Adaro y Magro, abuelo del reconocido ingeniero asturiano, Luis Adaro Ruíz-Falco, el cariño popular hacia la figura de les carboneres acabaría imponiendo el símbolo, en un principio, secundario de la trabajadora en la obra del escultor Lorenzo Coullaut Valera.