La historia del Montepío es un relato de mineros y de sus familias. De solidaridad y de unión colectiva en tiempos de necesidad, de amparo ante accidentes de trabajo, discapacidad, orfandad o viudedad.
El Boletín de Estudios de la Fundación Emilio Barbón (Nº8-2015) recoge: «…Sobre el Montepío del Carbón, en la época de la Sociedad Minera Aguado, acontece en 1840 un hecho histórico. Su apoderado, Don Luis Jante, elabora un Reglamento ¿el primero? del Montepío, y en virtud de el, cada mes se descuenta el salario de un día a todos los trabajadores, y se ingresa en un montepío de empresa que cubre el pago del médico, el del cirujano practicante y medicinas, no solo para el personal en activo, sino también para los accidentados, madres, viudas e hijos menores huérfanos; y asimismo, contemplaba una pensión a las viudas y madres de los mineros fallecidos».
Hay constancia de que funcionó hasta octubre de 1858. El germen de los montepíos mineros quedaría enraizado para siempre en las familias mineras.
Tras el gran proceso de nacionalización del Carbón asturiano llevado a cabo por España en 1967, el Montepío de la Minería Asturiana nace como Mutualidad el 1 de octubre de 1970, tras reconocer la Seguridad Social las singularidades propias de la profesión, con la creación del Régimen Especial de la Minería, y asumir las prestaciones que solidariamente habían ido cubriendo los trabajadores con sus aportaciones extras: ayudas a la orfandad, viudedad, complementos de pensiones… Hasta esa fecha, los distintos montepíos de trabajadores de las decenas y decenas de empresas mineras existentes en Asturias desde el siglo XIX ya habían dado un ejemplo maravilloso del significado y valor de la unidad de todos ante las desgraciadas y sinsabores de un trabajo duro y difícil, cuyo sacrificio dejó una huella indeleble a modo de secuelas, que aún perdura en nuestros días en forma de orfandades, viudedades, discapacidades…
Tras décadas de actividad circunscrita al auxilio, el nacimiento de la Seguridad Social en España y de su régimen especial para la minería, la mejora de las condiciones de trabajo y de salud laboral y la llegada de la sociedad de bienestar, permitió a el Montepío centrarse ya como Mutualidad en la diversificación de su actividad solidaria como entidad de previsión social. Por un lado, destinando complementos en el régimen minero a la cobertura de la Seguridad Social en los casos de incapacidad laboral y de bajas prestaciones, por retirados anticipados, accidentes, bajas pensiones… equilibrando desde la Mutualidad con ayudas los ingresos de estos trabajadores mineros y de sus familias afectadas. El Montepío también desarrolla una gran actividad en las comarcas mineras asturiana como agente social de información mutualista, actuando como difusor de información de la Seguridad Social merced al histórico convenio de colaboración que mantiene con el Instituto Nacional INSS. Y también, organizando desde su origen las vacaciones de salud y descanso en el Balneario de Ledesma. O colaborando en acciones de formación y educación a los hijos de mineros que así lo requerían.
El principio de la solidaridad preside desde su fundación el funcionamiento del Montepío, que aún hoy sigue financiándose con las “cuotas solidarias” de sus mutualistas (11.000 familias afiliadas en la actualidad), bien trabajadores mineros, sus hijos, nietos o familiares directos, aunque ya tengan otra profesión, y de los pensionistas o viudas acogidas al régimen especial de la minería del carbón que hayan prestado sus servicios en Asturias.
Un hito en su actividad y en la diversificación de su oferta de servicios llegó en 1987, cuando el Estado enajena el histórico Balneario de Ledesma, en Salamanca, cuyas instalaciones venían disfrutando desde hacía décadas los mineros asociados al Montepío para sus tratamientos especiales por cesión de la Seguridad Social. Esta actividad socio-sanitaria se convierte en los años 80 en una de los principales servicios de la Mutualidad, que en abril de 1990 adquiere definitivamente los Baños de Ledesma.
El Balneario de Ledesma, que tiene su origen en un antiguo emplazamiento termal, de tiempos de Marco Aurelio, mantiene su actividad desde la Reconquista (Reino Astur Leonés, Baja Edad Media, cuenta desde el Siglo XVI con un servicio pionero en hidrología médica, ligado a la actividad ilustrada de la Universidad de Salamanca. En la actualidad, sus instalaciones balneroterápicas, que incluyen, iglesia consagrada, farmacia o tiendas, emplean a 125 trabajadores. Desde 1888, su manantial está catalogado como Bien de Interés Minero Medicinal; y desde 1931 todo su conjunto, a orillas del Tormes y su dehesa, es Monumento Histórico Artístico Nacional. En 1989, sus instalaciones residenciales fueron renovadas por completo. Su oferta hotelera alcanza desde entonces las 244 habitaciones, con 35 apartamentos turísticos dispuestos ya para el turismo activo en la dehesa.
En su afán de realizar nueva política social el Montepío de la Minería también promocionó a finales de los años 80 y principios de los 90, 400 viviendas de promoción en las Comarcas mineras, ayudando a las familias y tratando de fijar población en unas zonas que ya estaban sufriendo la dureza de las reconversiones industriales y el cierre de las minas.
También en la década de los 90 y ante la necesidad de las familias mutualistas de un clima de sol y tratamientos talasoterápicos, siempre con la salud familiar como referente para los mineros, se ampliaría la oferta vacacional con el desarrollo de apartamentos vacacionales en el Mar Menor (Los Alcázares de Murcia) y Roquetas de Mar (Costa de Almería). Conocidas son las propiedades curativas del Mar Menor como laguna salada cuyos balos y lodos son utilizados desde tiempos de los romanos y árabes bajo principios similares a los del Mar Muerto). Desde entonces, este es uno de los destinos de sol y salud más apreciados por nuestros mutualistas, generando esta relación de hace ya más de un cuarto de siglo un hermanamiento entre Asturias y Murcia. El apartahotel en la Costa de Almería, en una zona de playa de Roquetas Urbanización, fue adquirido por el Montepío en 2003, ofertando desde entonces 125 apartamentos vacacionales con diversos servicios.
En el marco de la previsión social, en los años 90 el Montepío pone en marcha un plan de pensiones y otro para jubilados al que se adscriben más del 80 por ciento de sus mutualistas por su gran utilidad como elemento de ahorro para las familias.
Es importante apuntar que cuando el Montepío nace como Mutualidad la entidad cuenta con más de 30.000 mineros solo en la zona central de Asturias (y más de 50.000 vinculados al régimen especial de la Minería). Ahora, tras tres décadas de fortísima reconversión industrial, los mineros asturianos en activo ya son menos de 1.500, siendo sus comarcas carboneras zonas muy envejecidas, que han perdido mucha población y donde las necesidades de incentivo y acción social son muy importantes, y muy distintas a las forjadas en los tiempos de esplendor que nos dejó aquel mundo de vapor, carbón y acero.
En este tiempo nuevo y de nuevas necesidades para las familias, una de ellas resulta prioritaria como anhelo viejo incluso de las primeras organizaciones de trabajadores del carbón: responder a ese envejecimiento de la población minera. Por ello, el Montepío impulsa a partir de 2008, con el apoyo de los sindicatos mineros, un ambicioso proyecto destinado a la construcción en Felechosa/alto Aller, un complejo residencial y gerontológico llamado a ser uno de los más avanzados de España, con unas 280 habitaciones y un proyecto innovador de apuesta por una comunidad de mayores activa y abierta al mundo, que apuesta por programas intergeneracionales, y también, recogiendo la experiencia del Balneario de Ledesma (el Montepío es colaborador de los programas de termalismo social del IMSERSO), por sistemas de salud por agua, a los que se anexan salas para talleres, zonas polideportivas para el desarrollo de actividades de gerontogimnasia, huertos, zonas verdes y densas peatonales….
Cabe recordar también que el Montepío da servicio a sus mutualistas con planes de previsión social, tanto de pensiones y jubilaciones, como de ahorro.
El Montepío de la Minería está regido por una Comisión Regional, con 23 miembros, que son elegidos una vez cada tres años por sus mutualistas en función a las candidaturas presentadas en su censo abierto y a los socios protectores (13 y 10 miembros, respectivamente). Estos 23 representantes eligen posteriormente al presidente.
Desde 2014, la Mutualidad está presidida por Juan José González Pulgar. 17 Juntas Locales en los municipios mineros asturianos, más su actividad en los residenciales de Felechosa, Ledesma/Salamanca, Roquetas/Costa Almería y Los Alcázares del Mar Menor/Murcia, determinan la importante presencia de la institución en nuestro país, dando empleo a unas 220 personas, y atendiendo a más de 22 mil clientes al año, 180 de ellos residentes mayores. El proyecto sigue fiel a sus raíces: becas, campamentos y cursos en inglés para chicos y chicas, ayudas a la natalidad, a la discapacidad, vacaciones solidarias, ayudas para plaza residencial… conforman el potente Plan Social del Montepío, que en el último año ha llegado a más de 2.000 personas.
En la primavera de 2016, la Residencia de Mayores SPA de Felechosa recibe una distinción de los Premios Nacionales Súper Cuidadores en reconocimiento a sus programas intergeneracionales. Y en noviembre de ese mismo año, la asociación Premios Ciudadanos decide en su XX Edición conceder su galardón a la “Solidaridad” al Montepío y Mutualidad por el “papel histórico desarrollado por la entidad en Asturias y su labor social y solidaría, sostenida durante décadas y renovada en el siglo XXI con un nuevo plan social que aborda, desde un punto cooperativo, programas que apuestan por la convivencia intergeneracional o los programas educativos y de prevención de salud».
La historia de solidaridad aquellos mineros que hoy recordamos en fotos sepia, continúa, porque como reza el eslogan del Montepío: Tenemos un gran legado que mantener vivo.